Possession (1981) de Andrzej Zulawski


Tratar de definir a “Possession” a partir de su trama seria imposible. En este mundo creado por Andrzej Zulawski la realidad y las pesadillas se entremezclan simbioticamente, dando vida a una criatura distinta. El horror se arrastra desde los rincones, toca nuestra la espalda con su mano viscosa y nos obliga a contemplar la historia de un matrimonio devenido en locura. La posesión de los cuerpos de Marc y Anna es un espectáculo grotesco y misterioso que resuena con fuerza sobrenatural aun después de varias repeticiones.


Marc (Sam Neil) y Anna (Isabelle Adjani) transitan el ultimo tramo de su relación. Luego de que Marc regrese de un viaje laboral, las grietas entre ambos se transforman en un abismo. La animosidad crece a medida que el comportamiento de Anna se vuelve mas criptico y confuso, desapareciendo sin aviso de un momento a otro. Un triangulo amoroso emerge y Marc se obsesiona de manera enfermiza con recuperar el amor de su esposa. Lo que parece una separación mas, se transforma en una metamorfosis sangrienta que desdibuja la linea entre la horrible realidad y las monstruosas pesadillas.


“Possession” no es una película que trabaje a medias tintas: Golpea de manera visceral al espectador y a sus personajes por igual. La locura se traduce en la destrucción de los cuerpos a tal punto que Anna engendra un ser grotesco que va tomando forma a medida que la violencia aumenta. Esta historia nos es contada de una manera muy especial, cargada de símbolos e imágenes impactantes que nos invitan a formar interpretaciones de todo tipo. Si bien es imposible comprender todos los aspectos de esta cinta, su fortaleza se encuentra en la atmósfera asfixiante y pegajosa que evoca.


Zulawski combina elementos del terror con técnicas propias de otros géneros y épocas. El uso del foco es magistral  y horripilante. En un plano especifico, la cámara desenfoca el rostro de un Sam Neil al borde de la locura para subrayar el quiebre total con la realidad. Los movimientos de cámara son inquietantes y siempre encuentra maneras interesantes de mostrarnos el mundo. El espacio también es fundamental y Zulawski se encarga de que conozcamos a la perfección (y tan solo con un puñado de planos) la geografía de las locaciones, en particular el departamento familiar y la casa derruida donde se oculta Anna.


Mucho se ha dicho sobre las actuaciones. Tanto Sam Neil como Isabelle Adjani están excelentes en sus roles. En varias oportunidades deben cargarse al hombro secuencias enteras de gran esfuerzo físico y mental donde interpretan ataques psicóticos. Adjani en particular es una verdadera fuerza de la naturaleza, cambiando de animo de un segundo a otro, transformándose en un animal salvaje o en una maestra de escuela en pocos planos. Sus ojos cautivan  y perturban al mismo tiempo, cuando miran directo a la cámara podemos sentir la locura de Anna traspasando la pantalla, quemándonos.


El titulo es intencionalmente ambiguo. Si bien hay un aura sobrenatural que domina a los personajes, la obsesión de Marc por poseer a su esposa es también un factor fundamental en su descenso a la locura. Poseer el cuerpo y el espíritu. Poseer la mente. “Possession” es altamente autobiográfica  y fue el canal en que Zulawski exorcizo de manera fantástica los demonios de su matrimonio y su vida política, luego de tener que emigrar forzosamente de Polonia. No es casualidad que la película se enmarque en la guerra fría y nos recuerde constantemente mediante planos de la ciudad.


Es probable que al terminar, “Possession” los deje con mas preguntas que respuestas. Así como Marc y Anna no pueden comprender muy bien su separación ni el origen de tanto desprecio, nosotros tampoco podremos poner en palabras todas las sensaciones e imágenes que se nos muestra. Que una película genere sensaciones tan fuertes es algo que aprecio mucho. Definitivamente esta no es una obra para comprender, sino para experimentar. 


Comentarios