Hay varias formas
de hincarle el diente a The Host. En primer lugar, podemos verla como una interesantísima
y dinámica película de monstruos con un fuerte costado cómico. Por el otro como
una sátira ácida de la sociedad
sur-coreana, su relación e influencia para con los Estados Unidos, su cultura y
su sistema burocrático. Lo más acertado
creo yo es tomar lo mejor de ambos mundos y describir a The Host como lo que
es, una de las cintas de ciencia ficción más originales, urgentes, dinámicas y
sobretodo entretenidas en bocha de tiempo.
Un monstruo bajo la cama!
La historia toma
lugar en la rivera del río Han, donde un ser abominable surgido de entre las
aguas tomara como rehén a una joven colegiala llamada Hyun-Seo. El caos se
desata en Corea y en el mundo entero, pero la película se concentrara en la
lucha de una familia disfuncional por recuperar a la niña de las fauces de la bestia,
dejando de lado sus diferencias y particularidades para lograr ese objetivo.
Desde el inicio se
pone en evidencia el tono crítico del director para con la influencia
norteamericana en la sociedad y la cultura oriental: el monstruo es un error
humano, pero más precisamente es un error causado por experimentos bioquímicos de
U.S.A. Lo más inmediato es marcar un paralelismo con las diversas amenazas biológicas
y naturales, pero creo que The Host
apunta más hacia la influencia avasallante que el occidente ha tenido en muchos
aspectos de la vida sur-coreana a nivel cultural. Como siempre, la figura del “monstruo”
en la ficción, no es sino una herramienta para llevar a planos tangibles
problemas y miedos muchísimo más complejos.
La película cuenta
con un dinamismo envidiable que posee a la vez urgencia y detalle. En pocos
minutos se nos presenta la coyuntura de una familia muy especial: Gang-Doo
(interpretado por el actor fetiche de Joon-ho, el gran Kang-ho Song) un típico héroe
en discordia, un padre irreverente, un hijo irresponsable, un fracaso en búsqueda
de redención. Hie-Bong es el patriarca, un hombre entrado en años que cuida de
su hijo menos agraciado que pierde siempre en la comparación con sus
hermanos, Nam-il (abogado) y Nam-Joo una
figura de la arquería. Ellos aportaran el elemento cómico que será fundamental
para la película, porque pese a poseer tantas capas de lectura, The Host es por
sobre todo una cinta con bocha de momentos divertidos y excitantes ya sea por lo
irónico o lo plenamente bizarro.
La familia ira surcando a través de
instituciones y organizaciones burocráticas inútiles que darán pie a la otra gran
critica apuntada hacia el gobierno sur-coreano y su pasividad ante el ataque de
ese monstruo cultural/bioquímico al que el director no tiene miedo de
emparentar con U.S.A. Los distintos
estamentos de poder se muestras inoperantes y fallidos en cada situación donde
toman partido, se los representa lejanos de la sociedad, siempre tras rejas,
vidrios y mascaras ocultando interesas tras la existencia de la criatura. Hacia
el final la crítica se vuelve más mordaz a medida que el grupo familiar se aproxima a la bestia, la
secuencia donde un cirujano busca extraer el virus del cráneo de un sujeto pone
en evidencia la opinión del director acerca de muchas de las instituciones que
van apareciendo en la película.
The Host es
especial no solo por su temática y su trasfondo cultural, sino también por la
capacidad y maña que se tuvo para conjugar esto con secuencias de acción y
aventura excelentes, todo recubierto de un humor negro constante que da
dinamismo a la historia. Los personajes están desarrollados lo suficiente
(siempre dentro de las posibilidades de una película de monstruos y catástrofes)
y nos muestran lo suficiente como para preocuparnos e interesarnos en sus
elecciones y destinos, algo fundamental en cualquier tipo de cinta. Espero que
esta humilde reseña haya podido despertarles la curiosidad respecto a esta
genial peli y le den una chance a uno de los laburos mejor logrados de Jong-ho
Bong.
TRAILERAZO!
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