Turbo Kid (2015) de Simard y los hermanos Whissell



¿Están seguros que es 2015? Por favor que alguien lo checkee, el almanaque nos está mintiendo descaradamente.  La película nos responde así: “este es el futuro, este es el año 1997!” Pero cuidado! Este no es el 1997 que recordamos, es un futuro (pasado) donde la humanidad ha caído en desgracias apocalípticas al mejor estilo George Miller (saga Mad Max). Nuestro planeta, basto y poluto, está en manos de forajidos salvajes montados en BMXs y reducidos al más básico instinto animal. De entre la polvareda y las ruinas emerge un héroe atemporal,  calzado en cuero rojo y ondeando un Nintendo Power Glove como arma de batalla. Kung Fury y Hobo With a Shotgun encontraron un nuevo hermano en el panteón de guerreros modernos que exudan aroma a videoclub y VHS, su nombre es Turbo Kid.




Después de ver el tráiler para esta colaboración Neozelandesa/Canadiense -que de hecho cuenta con 3 directores en los créditos- no pude evitar relacionar a Turbo Kid con las pelis a las cuales busca referenciar y homenajear (salvajadas varias como América 3000 o BMX Bandits) pero también con múltiples cintas contemporáneas que remiten a  una época y cultura similar. No hace falta aclarar que ese pequeño vistazo me llamo muchísimo la atención, tanto por el estilo como por la aparente calidad técnica. Pasaron meses hasta que por fin pude ver la cinta en cuestión, y debo decir que ni las criticas ni los premios se equivocaron: Turbo Kid es un viaje nostálgico plagado de acción, aventura, gore, personajes memorables, mas gore, referencias pop y si…MAS GORE, pero del bueno, ese hecho a mano que es un arte en sí mismo.  




La película rápidamente nos sitúa en un páramo desierto, el año es 1997 y la sociedad como la conocemos ya no comanda en estas tierras. Un puntapié bien propio del cine post-apocalíptico, el Ozploitation -cine de bajo presupuesto Australiano, frecuentemente sangriento y bardero-  y por supuesto todas las cintas influenciadas por el magnífico guerrero de la carretera. Nuestro personaje principal es The Kid, un huérfano que busca sobrevivir al colapso de la humanidad recolectando basura en su bicicleta, el único medio de transporte viable en el páramo. Su cueva es un refugio de la cultura pop de los 80s y 90s, plagada de juguetes e incluso un walkman (la manera en que el director juega con la música de intro y el walkman es magnífica).




La vida de este muchacho no tendrá mayores sobresaltos hasta que se cruza en su camino Apple, una muchacha muy particular y excéntrica que será el detonante de toda la acción. La química entre ambos es aparente y gran parte de los gags vendrán de parte de la joven de cabello rosado y su báculo de guerra. En el medio nos empalagaremos de personajes sacados de los resquicios mas mugrosos del cine…Ninjas secuestradores, robots sádicos, mercaderes ambiciosos, caza-recompensas montados en bicicletas, un vaquero atemporal -un Indiana Jones de Chernóbil-  y por supuesto el villano Zeus, un líder ego maníaco que lidera a las hordas sangrientas interpretado por el genial Michael Ironside (el policía mala leche que quiere matar a Arnie en Total Recall) que se lanzara a una cacería de los dos muchachos luego de un fallido sacrificio en búsqueda de la tan preciada agua. Todos los personajes cobraran vida en un caldo de sangre y mutilaciones al por mayor.  


Justo en el kokoro.

Hablemos un poco de la producción: si bien el acabado visual es impecable, obviamente estamos lidiando con un producto independiente que maneja recursos menores. Eso no es un impedimento cuando sobra imaginación, prueba de esto son películas como Filmatron y la serie web Daemonium, a las cuales Turbo Kid me remitió en espíritu y ejecución.  El trabajo de vestuarios es excelente, cada personaje cuenta con su cuota de personalidad y diversos distintivos que van desde sus armas hasta nimiedades como el tipo de armadura o escudo que portan. Los detalles visuales y las ambientaciones también están muy cuidados, el bar al inicio de la película tiene muchísimos guiños e ideas convulsionadas como el generador eléctrico de bicicleta. Me recordó a Fury Road en ese sentido, si bien la paleta de colores de Turbo Kid es distinta y  apela mas a los pasteles y los tonos opacos, todo lo contrario a los naranjas vivos y azules chillones de la cinta de George Miller.   






Atento, futuro espectador. Entrar en los páramos de The Kid es adentrarse en un mundo de clichés narrativos propios del genero, de explosiones coloridas, frases de una línea y sangre a raudales (de verdad, gore en cantidades pero súper divertido y con oficio) pero todo en pos de una experiencia divertida y dinámica, tal vez no tan frenética como la inigualable Kung Fury, pero que sale ganadora en la tarea de llevar a un formato de larga duración una idea tan salvaje sin perder el objetivo de entretener. ¿Está orientada a un público muy particular? Y, algo de eso hay…entre los sintetizadores azucarados y los cómics viejos busca sumarse a la ola de pelis revival, pero eso no le quita nada de merito. Turbo Kid es el héroe que merecemos. 



TRAILERAZO!



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