Ich seh, Ich seh (2014) de Veronika Franz y Severin Fiala





“Ich seh, ich seh” o en su versión inglesa “Goodnight Mommy” es un thriller austriaco, definitivamente uno de los más sonados del año pasado (en realidad de 2014, pero en  casi todo el mundo se estreno en 2015) cultivando aplausos en varios festivales europeos. Luego de ver muchas reseñas apuntando a lo engañoso del tráiler me decidí a ver la película sin demasiadas referencias o información más allá de algún que otro comentario positivo. Creo que fue la decisión acertada ya que realmente los avances pueden llegar a generar expectativas completamente distintas a lo que ofrece la cinta, principalmente en cuanto al tono y la narrativa de la misma. No puedo culpar a los directores por tratar de marketinizar a esta peli indie como una de horror en un intento de colarse entre el ajetreado mercado que tiene hoy por hoy el mundo de los sustos.


Primero y principal, “Ich seh, ich seh” no es una película de terror. Es perturbadora y toca temas bastante oscuros acerca de la relación entre madres e hijos así como la superación de la pena y el dolor, pero definitivamente no busca asustar. En este punto la relacione mucho con “The Babadook”, que a través de algunos guiños y recursos sobrenaturales  nos cuenta la historia de una viuda tratando de sobrellevar la perdida y la muerte en el seno familiar. Sin dudas es una cinta gris, cargada de emociones depresivas en el contexto frió de esa enorme casa vacía en medio de la nada.  



Los hermanos –casi idénticos- Lukas y Elías corren libres por el bosque. Juegan en un mundo ajeno a todo, recogen insectos y nadan en los lagos que circulan en las inmediaciones de la enorme casa donde viven. Cuando su madre –una presentadora de TV con cierta fama- retorna de un viaje por cuestiones medicas, su rostro está cubierto por gasas que ocultan sus facciones. La relación entre la mujer y sus dos hijos es tensa, su actitud fría y distante aleja a los niños más y más hacia su propio mundo. Como reflejo uno del otro, solo confían en su hermandad y tal es el abismo que se abre en la casa que Lukas y Elías comienzan a sospechar que esa mujer que volvió no es su verdadera madre.


De a poco iremos conociendo detalles sobre el presente y el pasado de la familia, antiguos  traumas que forzaran a dirigirnos hacia una u otra conclusión. Aunque la incógnita central gire en torno a las dudas de los niños, de a poco ese cuestionamiento hacia la maternidad pasa de ser un simple nudo de suspenso a una reflexión sobre como una familia puede destruirse frente a una situación traumática. La manera en que se maneja esa ira, como la miseria de los padres y su dolor puede afectar a sus hijos de una manera fatal y alienarlos hasta el punto del extrañamiento, un punto sin retorno que se verá concretado en el sangriento tercer acto de “Goodnight Mommy” del cual hablaremos con detalle mas adelante. 



Los directores Severin Fiala y Veronika Franz supieron construir un espacio acorde al peso de esa separación, tal vez inspirados un poco en uno de los directores más paradigmáticos de Austria, Michael Haneke. La casa es un páramo frió cuya niebla va difuminando los rostros de sus tres habitantes hasta dejarlos irreconocibles, casi como esos extraños cuadros que cuelgan de las paredes. Los pibes que dieron vida a Lukas y Elías son hermanos en la vida real (de hecho usaron sus nombres de pila en la peli) y la verdad que se lucieron en sus respectivos papeles. Al principio ambos personajes son como un reflejo llegando al punto en que buscan mimetizarse usando la misma ropa, pero de a poco cada uno adopta un rol específico que se marcara aun más en el desenlace.



Se hablo muchísimo sobre el tercer acto y el final de Goodnight Mommy. La opinión generalizada es que no está a la altura del desarrollo y que tal vez peca al caer en un giro demasiado previsible que quita bastante fuerza al envión dramático que sabe construir. En parte comparto esta sensación, tal vez los que se sintieron mas ofendidos fueron aquellos a los que el tráiler les condiciono las expectativas y se quedaron a la espera de algo mas terrorífico o incluso más concreto y visceral. Algunas personas llegaron a catalogar el último tercio como torture porn (películas donde el atractivo pasa por la violencia física, el gore y el dolor explicito) lo cual no puede estar más alejado de la realidad: en esta peli no hay grandes cuotas de sangre y si bien la maldad representada puede llegar a ser perturbadora dada la relación sanguínea de los personajes, no está a la altura del llamado torture porn.




“Ich seh, ich seh” es un thriller dramático muy recomendable, mas si estas de ánimo para algo que se desenvuelve lentamente pero de forma atrapante. No caigas en la trampa del hype, falsas expectativas pueden provocar que no disfrutes tanto de una cinta interesante como esta. Pese a algunas lagunas narrativas (¿Dónde está el padre a todo esto? ¿Porque los nenes se la pasan vagabundeando solos?) En general cierra bastante bien. Mirala  y contame que te pareció. 




TRAILERAZO!



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