“The Love Witch” puede verse como un cariñoso homenaje al cine clase B de los 60s y 70s y la simbologia ocultista tan en auge en aquellos años dorados. La directora, productora y diseñadora de arte Anne Biller nos sumerge en un mundo abundante de colores, objetos extraños y personajes salidos de una película de Jess Franco. Todo estudiado hasta el mas mínimo detalle. El otro costado es el de una cinta que habla sobre la sexualidad femenina, el poder del erotismo y la manera en que la sociedad conceptualiza estos temas. Entre medio de esos dos polos hay una película entretenida y altamente visual que a menudo se enreda en si misma tratando de articular muchísimas ideas. Aun así hay muchas cosas por descubrir en el hechizo de esta bruja.
Elaine (interpretada de manera magistral por la bella Samantha Robinson) es una joven aprendiz de bruja que escapa de la ciudad tras envenenar por despecho a su ex marido Jerry. Decide mudarse a una pueblo donde “casi nadie la conozca” para continuar su búsqueda interminable del hombre ideal. El amor es para ella lo mas importante en la vida, y con sus pociones y Magia Sexual atraerá a varios personajes locales hacia sus aposentos. El problema es que sus pretendientes terminan muertos o locos, la magia de Elaine es demasiado intensa y pronto las autoridades y vecinos comenzaran a alarmarse.
Es increíble el trabajo de Anne Biller para recrear locaciones, vestuario y el estilo cinematográfico de las cintas que busca evocar. Los colores nos invaden por todos los flancos, vestidos que atraviesan la pantalla, decorados de época, objetos extraños que nos remiten al folclore mágico...todo armado con minuciosidad. Incluso en las actuaciones y los diálogos se encuentra ese tiempo incomodo y extraño de los melodramas Clase B. Visualmente “The Love Witch” es una pequeña joya que deleitara con cada ritual a los fanaticos de temática ocultista y demás yerbas.
A lo largo de sus frustradas búsquedas amorosas, Elaine descubrirá la distancia que hay entre los hombres del pueblo y su ideal del amante perfecto. Tomando consejo de su Aquelarre (congregación de brujos y brujas) utiliza el poder de su erotismo y la magia sexual para ser una persona independiente y poderosa. La sexualidad y el erotismo son condimentos constitutivos de este hechizo y están tratados de una manera bastante original, pero también desordenada. Siento que los puntos que subyacen a la historia básica están un tanto confusos y no terminan de plantarse ni generar interés.
Acá es donde aparece otro problema, “The Love Witch” sobrepasa su estadía. La película llega a las dos horas y podrían recortarse 30 minutos dejando una historia mucho mas redonda y sin momentos que arrastren el interés del espectador. Las desventuras de Elaine y su circulo de magia negra son cautivantes pero algunas escenas intercaladas cortan el momentum. Aun así el trabajo de Anne Biller merece ser visto por varios motivos: su originalidad temática, el hermoso diseño de sets y vestuarios, la abundante simbologia ocultista y el enorme carisma de Samantha Robinson como la bruja mas sensual de nuestros tiempos.
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