En su debut como director el
comediante Jordan Peele se propuso una tarea bastante compleja: Utilizar el
cine de suspenso – con todo y sus convenciones estéticas y narrativas – para
hacer una critica llena de humor hacia la clase media blanca “progresista” y su
racismo pasivo. Todo esto sin perder ni un ápice de tensión e intriga en el
proceso. “Get Out” es un bicho raro que mezcla lo mejor del horror con una
postura social aggiornada, que evita caer en el golpe bajo de pañuelos mojados
de dramones como “Loving” o la otra docena de películas similares del año
pasado. No hacen falta doce años de esclavitud para empatizar con la pesadilla de Chris (Daniel Kaluuya) .
Chris Washington y Rose Armitage
forman una joven pareja interracial. Previo a la primer cena familiar con los
padres de Rose, surge la pregunta obligada mientras arman las maletas: “¿Saben
ellos que soy negro?”. Un cuestionamiento que resulta arcaico y valido al mismo tiempo en el Estados Unidos
actual. Una vez en la casa de los Armitage, las cosas marchan bien pese a la
extraña cortesía racial que los padres Missy (Catherine Keener) y Dean (Bradley
Whitford) parecen sostener de manera casi forzada. Pero ser invitado no
significa ser bienvenido. De a poco el clima se va volviendo mas asfixiante a
medida que conocen a amigos y parientes de los Armitage, los métodos
psiquiátricos de Missy y los extraños
empleados de color que trabajan en la casa.
Al ver “Get Out” es imposible no
pensar en “The Stepford Wives” de 1975. En al aire flota una sensacion constante de que
en esa comunidad perfecta hay “algo” que no esta para nada bien. Los detalles conforman
una atmósfera viciada que muestra su peste muy de a poco, dejándonos saborear
esos pequeños gestos y detalles que nos hacen sentir genuinamente incómodos. La
adición del personaje de Rod, el mejor amigo de Chris, le da a Jordan Peele la
posibilidad de tener mesetas de un humor cuidado y sostener ese ritmo tan
particular. Si, es un comic relief sin vueltas, pero funciona.
La manera en que esta comunidad
concibe al hombre de color, sea en el ámbito sexual, deportivo o social, abunda
en cliches pero también en un bizarro extrañamiento con lo “exotico”. Como
remarca Chris, “Parece que nunca hubiesen visto a un negro que no trabaje para
ellos”. Ahí radica el problema, “Get Out” embiste contra el progresismo de
salón que pretende apropiarse de la cultura negra con mimos en el hombro, pero sin hacerse cargo de los problemas sociales y raciales. La
fiesta comunal donde asisten los amigos y familiares de los Armitage, es un
desfile de personajes y momentos incómodos que culminan en el terrorífico
inicio del tercer acto.
Esta cinta nos retrotrae a la
forma en que los grandes maestros del suspenso como Alfred Hitchcock y Roman
Polanski concebían el miedo. El horror subyace bajo lo conocido, en el limite
entre lo familiar y lo extraño. En el ambiente y la sociedad que nos rodea, que
de un momento a otro puede tranformarse de hospitalaria a hostil sin mediar
palabras. El soundtrack ayuda a remarcar esta incomodidad constante, esa ironía
fatal que toca temas actuales de una manera diferente.
No quiero revelar mucho sobre el
desenlace, pero resulta satisfactorio y original al mismo tiempo. La manera en
que se maneja el suspenso y se falsean – o cumplen- nuestras expectativas, nos
mantiene encadenados irremediablemente a la pantalla. Sin ahondar en spoilers,
les invito a pensar en momento en que las sirenas policiales acuden a la
pesadilla de Chris. Los invito a reflexionar sobre cuales fueron sus
expectativas sobre lo que iba a acontecer y que recibieron a cambio. Lo que
esperamos habla también sobre lo que conocemos y podemos sorprendernos al ver
que, tal vez, el racismo este mas naturalizado de lo que pensamos. De vez en
cuando las películas con hype terminando estando a la altura de las criticas y
reacciones del publico. “Get Out” es uno de esos casos, una de las cintas de
genero mas interesantes y atrapantes en lo que va del año.
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