Cobra Kai 1er Temporada: golpea primero, golpea dos veces.


Al igual que en  1984 en el torneo de Karate de All Valley, sucedió lo que nadie creía posible. Cobra Kai no es un fracaso total, de hecho todo lo contrario, es una patada de nostalgia apuntada al corazón de un publico que sin saberlo, había esperado esta continuación por 34 años. ¿Como fue posible? el clásico teen de Daniel LaRusso (Ralph Macchio) y el señor Miyagi (Pat Morita) contó con 2 películas mas en los 80s, una peor que la otra. Incluso se ensayo un fallido reboot con Jackie Chan y Jaden Smith en 2010 que es mejor no recordar. Donde esas secuelas fallan, Cobra Kai triunfa con la intensidad de una grulla directo a la mandíbula, el secreto esta lisa y llanamente en los personajes.


La serie esta planteada de una manera muy especial, Daniel Larusso ya no es el único protagonista sino que comparte ese rol con su nemesis Johnny Lawrence (William Zabka), aquel patán de cabellos rubios que lo atormentase en la primer entrega de la saga. Cobra Kai elige distanciarse de la perspectiva de aquella película y en cambio nos brinda una mirada mas equilibrada: Johnny era un bribón, si, pero Daniel también tenia su cuota de inmadurez, ambos sufrieron presiones y fueron victimas de las mismas técnicas de abuso, sea por parte de compañeros o del sensei Kreese. Las secuelas de esos golpes y de aquella final por el torneo regional de karate son el punto de partida para este nuevo capitulo. 


Aquella noche de verano de 1984 marco la vida de ambos protagonistas, Johnny se encuentra exactamente en el mismo lugar que hace 34 años, en la lona. Sin trabajo, alejado de su hijo y con un problema con la bebida, el destino quiere que tras un accidente automovilístico cruce caminos nuevamente con Daniel San. LaRusso es un exitoso vendedor de autos, su vida es perfecta en apariencia hasta que la re apertura del dojo Cobra Kai lo descoloca por completo. Memorias del pasado, rencores del presente, la vida tiene una forma graciosa de repetirse: Johnny se convierte en el sensei de un grupo de excluidos, en particular de Miguel Diaz (Xolo Maridueña), su vecino quien sufre golpizas en la escuela.

El eterno retorno es una sensacion inescapable en estas secuelas tardías, al igual que las nuevas entregas de Star Wars, en Cobra Kai las tensiones del pasado parecen repetirse con asombrosa similitud, LaRusso lo pone claro en palabras "como si esto fuese a terminar alguna vez...". El abuso en la escuela y en el trabajo, el empoderamiento, la relación entre aprendiz y maestro, entre padres e hijos, los tópicos centrales siempre serán los mismos pese a los diferentes contextos. Por suerte Cobra Kai comprende que es mas interesante mostrar las contradicciones de dos puntos de vista distanciados que tomar partido por uno de ellos.


Pese a contar con apenas 10 capítulos de media hora, la serie se toma el trabajo de construir a sus personajes y dotarlos de fortalezas y debilidades. Todos tienen arcos interesantes, en particular Johnny Lawrence, un tipo que se debate entre sus genuinas ganas de ser alguien decente y todos los defectos que lo componen. Si bien su vida nos es mostrada desde otra perspectiva, la serie tampoco pretende excusarlo por todos sus errores. Es un borracho machista y chapado a la antigua que maneja su Firebird rojo al son de Boston y REO Speedwagon, con ese material trata de hacer lo mejor posible por el y aquellos que lo rodean. Definitivamente William Zabka se roba los aplausos con un personaje carismático, gracioso, patético por momentos y entrañable en otros.

Como no podía ser de otra manera, el climax sucede durante una nueva edición del mítico torneo de Karate de All Valley. Tal vez se noto un poco desprolija la manera en que los personajes actúan para conducir la serie hacia un enfrentamiento, pero es imposible no emocionarse. Esta claro que habrá una siguiente temporada porque todos los flancos quedaron con preguntas sin responder, ademas de una sorpresa increíble en el ultimo minuto que genera por si sola las ganas de ver de inmediato como continua la historia.


Si bien en el ultimo tiempo se vio una saturacion justificada de toda esta obsesión superficial con la cultura pop de los 80s, solo en este contexto tenia chance de ser producida una serie como Cobra Kai. Un trabajo sincero y divertido, plagado de momentos emocionantes que retoman con respeto una película iconica y la expande manteniendo el espíritu de sus personajes. Hay rock, hay aventura, hay patadas directo al pecho, hay angustia juvenil, hay hermosos cliches narrativos ochenteros, hay secuencias de montaje con buena música y varios one liners para descostillarse. Esta vez la grulla fue directo a la mandíbula. 


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