Ghost Stories (2017) de Andy Nyman y Jeremy Dyson



Una forma sencilla de describir Ghost Stories sería como la película de terror más inglesa del año. Y no solo porque la producción y los actores sean mayormente oriundos de la isla, sino porque la cinta de Andy Nyman y Jeremy Dyson bebe de una larga tradición de horror clásico con productoras legendarias como Amicus o Hammer a la cabeza.  Desde la estética a los yeites narrativos, Ghost Stories encuentra un balance perfecto entre verdaderos sustos sobrenaturales y ese peculiar humor negro que hizo fundamental al cine de terror británico en los 60s y 70s.  

El profesor Phillip Goodman (Andy Nyman, también guionista y co-director) es un conductor de TV que se encarga de desenmascarar falsos sucesos paranormales. Desde médiums estafadores a poltergeist autosugestionados, está convencido de la inexistencia de lo sobrenatural y se enorgullece de su escepticismo. Un día recibe una carta urgente del desaparecido Charles Cameron, su principal referente y mentor en la investigación paranormal. El viejo vive enfermo y muy desmejorado en una casa rodante, pero la verdadera sorpresa llega cuando le dice a Goodman que su investigación es una mierda. Cameron ahora cree totalmente en lo sobrenatural a causa de tres casos que nunca pudo resolver y que lo atormentan hasta el día de hoy. El viejo le pide a Phillip que investigue esos  sucesos inexplicables una última vez para asegurarse de no estar loco.


Las tres historias se cuentan a modo de antología, un formato que en tiempos recientes tuvo una renovada popularidad con sagas como ABCs of Death o V.H.S. Ghost Stories aprovecha esta estructura de una forma más clásica, encontrando el terror en los recovecos en los cuales la mayoría de películas de terror independientes ni siquiera buscarían. Lo extraño es que se siente fresca y distinta justamente por prestar atención a obras de antaño y tomar nota de los recursos de clásicos como Dead of Night o Trilogy of Terror. No es que Ghost Stories sea un festín de nostalgia, todo lo contrario, es una carta de amor moderna y agiornada.


Los tres segmentos son similares: hombres comunes y corriente que tuvieron algún tipo de encuentro sobrenatural que los marco. Sus relatos están cruzados por problemas personales que, como mínimo, hacen sospechar de la veracidad de dichos eventos fantásticos. A medida que los investiga, el camino de Goodman también comienza a ser difuso pese a estar tercamente seguro de la falsedad de esas historias fantasmagóricas. ¿Qué sería del terror sin los tipos que creen saberlo todo solo para darse cuenta de manera fatal que no saben nada? Los directores Dyson y Nyman encuentran múltiples formas para desconcertarnos, culminando en el convulsionado ultimo acto donde – como en toda buena antología- se unen las tres historias.



Entre el terror clásico y las posibilidades modernas, Ghost Stories resulta una película entretenida y muy bien construida, apelando a recursos diferentes a la gran mayoría de las producciones de horror independientes modernas. Lo único que les falto a Nyman y Dyson fue el Guardian de la Cripta al inicio de la película. 




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