Una forma sencilla de describir
Ghost Stories sería como la película de terror más inglesa del año. Y no solo
porque la producción y los actores sean mayormente oriundos de la isla, sino
porque la cinta de Andy Nyman y Jeremy Dyson bebe de una larga tradición de
horror clásico con productoras legendarias como Amicus o Hammer a la
cabeza. Desde la estética a los yeites
narrativos, Ghost Stories encuentra un balance perfecto entre verdaderos sustos
sobrenaturales y ese peculiar humor negro que hizo fundamental al cine de
terror británico en los 60s y 70s.
El profesor Phillip Goodman (Andy
Nyman, también guionista y co-director) es un conductor de TV que se encarga de
desenmascarar falsos sucesos paranormales. Desde médiums estafadores a
poltergeist autosugestionados, está convencido de la inexistencia de lo
sobrenatural y se enorgullece de su escepticismo. Un día recibe una carta
urgente del desaparecido Charles Cameron, su principal referente y mentor en la
investigación paranormal. El viejo vive enfermo y muy desmejorado en una casa
rodante, pero la verdadera sorpresa llega cuando le dice a Goodman que su
investigación es una mierda. Cameron ahora cree totalmente en lo sobrenatural a
causa de tres casos que nunca pudo resolver y que lo atormentan hasta el día de
hoy. El viejo le pide a Phillip que investigue esos sucesos inexplicables una última vez para
asegurarse de no estar loco.
Los tres segmentos son similares:
hombres comunes y corriente que tuvieron algún tipo de encuentro sobrenatural
que los marco. Sus relatos están cruzados por problemas personales que, como mínimo,
hacen sospechar de la veracidad de dichos eventos fantásticos. A medida que los
investiga, el camino de Goodman también comienza a ser difuso pese a estar
tercamente seguro de la falsedad de esas historias fantasmagóricas. ¿Qué sería
del terror sin los tipos que creen saberlo todo solo para darse cuenta de
manera fatal que no saben nada? Los directores Dyson y Nyman encuentran
múltiples formas para desconcertarnos, culminando en el convulsionado ultimo
acto donde – como en toda buena antología- se unen las tres historias.
Entre el terror clásico y las posibilidades modernas, Ghost Stories resulta una película entretenida y muy bien construida, apelando a recursos diferentes a la gran mayoría de las producciones de horror independientes modernas. Lo único que les falto a Nyman y Dyson fue el Guardian de la Cripta al inicio de la película.
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