Estrenos de 1978: Damien, Omen II de Don Taylor

Apenas dos años después del estreno de The Omen, una de las películas de horror mas grandiosas de todos los tiempos, Don Taylor dirigió esta noble remake que continua la historia de Damien Thorn y su cruzada por concretar el apocalipsis. La cinta de 1976 fue un éxito arrollador en la taquilla y hasta le valió un merecido Oscar a Jerry Goldsmith por su increíble soundtrack. Con esas expectativas tenia que batallar Taylor y el notable casting compuesto por figuras de la talla de William Holden, Elizabeth Sheperd y un joven Lance Henriksen. No solo eso, contó con un presupuesto que casi doblaba al de la original y con un apoyo tremendo desde la productora ¿Los resultados estuvieron a la altura? Depende de la perspectiva. 

Damien: Omen II comienza días después de lo acontecido en la primer película. Robert Thorn (Gregory Peck) esta muerto y el anticristo infantil vive con su "tio" Richard (William Holden) en Estados Unidos. El arqueólogo Carl Bugenhagen (Leo McKern) descubre algo terrorífico sobre la identidad del niño, pero fuerzas misteriosas obran para silenciarlo. Adelantamos 7 años en el tiempo y Damien (Jonathan Scott-Taylor) es un joven de 12 años, estudia en la academia militar y es muy amigo de su primo al que trata casi como un hermano. Luego de un importante hallazgo arqueológico, extrañas muertes comienzan a suceder en el entorno de los Thorn a medida que Damien descubre su rol en la batalla del final de los tiempos. 



La clave que hace de la obra de 1976 un punto culmine del horror es la dosificación  de la información, el proceso de descubrimiento por el cual un padre descubre que su hijo no es su hijo y es en cambio un engendro de maldad. El manejo de suspenso por parte del director Richard Donner es magistral. Don Taylor tuvo la difícil labor de comenzar con una intriga resuelta la cual tuvo que volver a anudar, por ejemplo, Damien parece haber olvidado por completo los ataques a sus padres y es presentado como un joven genuinamente inocente que va de a poco descubriendo el mal que habita dentro de el. La postura de Richard frente a las evidencias no es consistente y carece del foco y la construcción minuciosa que Donner tuvo con el personaje de Gregory Peck. Si bien esta secuela tiene grandes momentos de suspenso y horror, el tercer acto no llega a los niveles perturbadores e impactantes de la primera, la comparación es letal. 


Pero Damien: Omen II presenta algunos elementos mas que interesantes que la reivindican como una gran continuación. Por ejemplo, el esbirro infernal del niño se presenta en la forma de un cuervo negro e incluye un bonito homenaje a The Birds de Hitchcock, una secuencia hermosa situada en medio de una ruta rural que parece sacada de alguna película de la Hammer. Las muertes están bien trabajadas, son violentas y con ese gusto a final inevitable que caracteriza a la saga. Taylor también construyo toda la trama política y empresarial que luego sera el sustento del poder apocalíptico del anticristo, supo aggiornar de manera correcta las redes de influencia que el falso mesías debe conformar. Esto hubiese sido imposible sin la enorme actuación de sus dos protagonistas infantiles, tanto Mark como Damien son convincentes y tridimensionales en sus roles. 



Contra todo pronostico esta secuela no funciono bien en la taquilla. El año anterior se estreno The Exorcist: Heretic con similares resultados, y sumadas a las cientos de películas como Beyond the Door, It's Alive e incluso la infame continuación de Rosemary's Baby, pusieron un punto final a la locura setentosa por los niños diabólicos. En octubre del 78 una película independiente de suspenso cambiaría el rostro del terror y configuraría los parámetros de las producciones futuras, pero eso es tema para otro momento. Por ahora nos limitamos a reivindicar esta entrega algo olvidada, otro gran estreno de 1978. 

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