Las rutas desoladas de Estados Unidos no son un lugar extraño para los hermanos Coen, se sienten cómodos en la calurosa soledad del desierto Texano. Aunque en No Country For Old Men pueden leerse ciertos códigos pertenecientes al western, True Grit fue la primera incursión del dúo en el género, al adaptar la novela de Charles Portis sobre una adolescente buscando venganza por la muerte de su padre. The Ballad of Buster Scruggs es una aproximación radicalmente diferente, es una antología dividida en 6 partes que, a modo de viñetas, muestran partes diferentes de la vida en el Oeste. Esto les dio la oportunidad a los Coen de explorar sus diversos tonos, desde el drama oscuro, a la comedia y la tragedia patética, todo en pequeñas dosis de entre quince minutos y media hora.
Como las balas de un revolver, esta película producida por Netflix está cargada con media docena de historias con personajes de lo más diversos, pero que remiten siempre a los arquetipos clásicos del Oeste: un pistolero fanfarrón y letal, un ladrón de bancos, un artista callejero que vive al borde del hambre, un viejo buscador de oro, una joven tratando de encontrar su destino mientras atraviesa el campo en una caravana y un grupo de extraños viajando en un carruaje hacia una ciudad inhóspita.
Pero claro, esta balada la cantan los Coen, y si bien están irremediablemente enamorados de lo clásico, nunca van a renunciar a su actitud rebelde de subvertirlo: el pistolero es un excelente cantante que narra su vida de forma musical, el ladrón de bancos es un tipo patético con la peor suerte del mundo, el artista no tiene piernas ni brazos y es apadrinado por un borracho nihilista, el buscador de oro es un Tom Waits demente, la muchacha debe sobrevivir una emboscada de nativos y el carruaje parece salido de una cinta gótica de la Hammer en esas antologías donde todos los personajes están muertos . Todas estas situaciones habitan en el universo de The Ballad of Buster Scruggs.
La personalidad de Ethan y Joel al encarar el cine es un verdadero tesoro, incluso si no siempre funciona. Es inevitable no reparar en la diferencia que hay entre algunas historias, siendo la del actor sin brazos ni piernas la más floja del grupo. Es hermosa visualmente y de a momentos logra pintar a sus personajes tan miserables como pretende, pero se siente vacía y sin desarrollo. Por supuesto hay otras viñetas apasionantes, como la de la joven que luego de la muerte de su hermano quedo sola en el mundo teniendo que enfrentar no solo las desventura del desierto norteamericano de fines de siglo, sino que también una emboscada de nativos.
En la representación de los pueblos originarios norteamericanos radica otro de los grandes problemas de The Ballad of Buster Scruggs. Su participación es anecdótica, parecen solo caricaturas salvajes que atacan de manera ocasional a los personajes para movilizar la trama. La única línea de dialogo emitida por un nativo es una risa burlona frente a la desventura del ladrón de bancos. ¿Esta representación es una caricatura de la manera en que los westerns yanquis históricamente representaron a los pueblos nativos? ¿A los Coen no les importa nada y simplemente tuvieron ganas de ser polémicos? Ambas opciones son altamente probables pero no exoneran a la película de ese error.
Incluso en sus carencias, The Ballad of Buster Scruggs es un western interesante que al contiene dentro todos los condimentos de la filmografia de los hermanos, el Oeste nunca fue tan irónico y nihilista. El tener algo nuevo de los Coen ya es motivo suficiente para celebrar, mas aun por ser una producción de Netflix y no repetir el nivel flojísimo que suelen tener las películas de la plataforma. El mundo necesita más antologías y mas tragedias patética bajo el sol del desierto.
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