Estrenos de 1979: Dracula de John Badham

En nuestra travesía por las cintas estrenadas en 1979 nos encontramos con una pequeña curiosidad, durante dicho año se estrenaron cinco películas sobre el Conde Dracula, entre ellas Nosferatu de Werner Herzog y la comedia Love at First Bite de Stan Dragoti. Si contamos las cintas vampiricas Thirst de Rod Hardy y Salem's Lot de Tobe Hooper dan un total de siete obras sobre las criaturas de la noche. No es sorpresa, el encanto erótico y romántico de los vampiros atraviesa todo el siglo XX, un magnetismo que resulta crucial para entender no solo la adicción a este personaje iconico sino el encanto mismo del genero de horror: nos asusta pero no queremos perdernos ni un segundo. Esta version de John Badham busco capturar la melancolía gótica del Dracula de Bela Lugosi, el resultado es remarcable, es una de las apariciones mas bellas y memorables del conde nocturno jamas filmadas.

La historia nos es familiar. Un misterioso conde Húngaro arriba a Inglaterra para comprar una antigua propiedad en las afueras de la ciudad. No solo busca un castillo, sino que busca una compañera eterna para su existencia nocturna. Pronto los cadáveres con mordidas en el cuello se acumulan y se descubre la verdadera naturaleza de Dracula (Frank Langella). Jonathan Harker (Trevor Eve) y el Profesor Van Helsing (Laurence Olivier) serán los encargados de detenerlo y salvar a la joven Lucy Seward (Kate Nelligan), la mujer que obsesiona al conde.


Gran parte del peso dramático caen en los hombros de Frank Langella, un Nosferatu que puede recitar diálogos galanescos  o bien caminar como bestia por las paredes de los castillos. Su presencia es apabullante y si bien no apunta a generar el pavor diabólico de Christopher Lee, si logra un carácter oscuro y nihilista. Me sorprendió totalmente la interpretación de Langella, se trata de uno de los condes mejor logrados de la historia del terror, evitando el histrionismo pero sin perder la personalidad. Sus atuendos son sobrios pero convincentes, su mirada negra, melancólica y llena de maldad. La seguridad en sus palabras y la determinación con la que se apropia de cada escena son clave, haber interpretado por tanto tiempo a Dracula en el teatro le dio a Langella un marco de trabajo enorme para perfeccionar cada detalle. En esa linea, pocas interpretaciones de este personaje lograron capturar el aspecto fundamentalmente romántico y obsesivo sin caer en el exceso.


El foco de esta adptacion esta puesto en la obsesión romántica, en el deseo milenario de Dracula por encontrar una compañera a su soledad. Toda la película esta despojada de color, los cielos se ven moribundos y las noches opacas, la única explosion de colores se da en el encuentro entre Lucy y Dracula, una secuencia de belleza inolvidable dirigida por Maurice Binder, el encargado de los títulos iconicos de James Bond. El gris se inunda de un rojo profundo, un laser carmesí desfigura los cuerpos, la silueta de un murciélago sobrevuela mientras Lucy y Dracula se funden en unx.


Las similitudes con la cinta de 1931 parten del material original, ambas películas se basan en la obra de Broadway estrenada en 1927, la cual tenia a Lugosi como protagonista. John Bedham tuvo en claro siempre que esta seria una revision gótica y añeja de la historia, incluso propuso que fuese filmada en blanco y negro pero fue obligado por la productora a lanzarla en Tecnicolor. Bedham tuvo su revancha en el relanzamiento de 1991 para el cual se lavaron los colores dejando un tono opaco, gris y melancólico que eleva el resultado final, un poema austero y solitario. 


El casting de primera linea integrado por leyendas como Laurence Olivier y Donald Pleasence da un nivel actoral comparable a las mejores cintas de la Hammer. El diseño de arte impecable y algunos efectos prácticos muy simpáticos redondean una version memorable que juega mano a mano con las grandes encarnaciones de Dracula. Uno de los grandes estrenos de 1979. 



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