Tumbbad (2018) de Rahi Anvil Barve


Tumbbad es una película hindú que tardo 6 años en realizarse, lo que se dice un "passion project" de su director Rahi Anil Barve. Se trata de una aventura que toma elementos del cine fantástico y el terror para contar una historia de avaricia que se extiende durante 30 años. Tumbbad es una película visualmente apasionante, extraña y totalmente embebida por el folklore Hindu (en particular el Marathi), una combinación que resulta irresistible en ojos occidentales. Hay una magia muy peculiar a medio camino entre la fantasia de Guillermo del Toro, el horror de Sam Raimi y las religiones ancestrales que conforman la idiosincrasia compleja de la India.

Barve divide la historia en tres etapas que siguen la obsesión de Vinayak Rao (Sohum Shah) con un tesoro maldito en la ciudad de Tumbbaud. Primero como niño confrontando a su putrefacta abuela, una bruja misteriosa que guarda el secreto del oro. Luego como un adulto que regresa a Tumbbaud para retomar la búsqueda consciente de la maldición eterna que puede acarrear. Finalmente como un hombre mayor consumido por la avaricia y la decadencia, una peste que parece haber heredado su hijo. Esos treinta años son cruzados por la leyenda de Hastar, el vástago caído en desgracia de una diosa, un ser mítico condenado al olvido y sobre el que nadie jamas podrá escribir. Hastar es el guardian de una riqueza inconmensurable que conlleva consecuencias fatales. En este contexto mágico Barve logra pintar una imagen vivida de la cultura, la política y las creencias de su país a principios del siglo XX, una etapa de turbulencia independentista y cambios. En esa dualidad me recordó a la maravillosa The Wailing (2016, Hong Jin Na), otra obra magistral del terror internacional que retrata aspectos problemáticos de una cultura a través del horror de su folklore.


Pero Tumbbad no pretende ni por un instante dejar de ser una película fantástica. Desde la raíz hasta la copa, se trata de una aventura plagada de túneles, tesoros, demonios, muerte y maldiciones. La dirección de arte es un punto altísimo, desconozco el presupuesto de esta producción pero cada espacio esta caracterizado con una maestría y simpleza que recuerda a los grandes directores de terror clase B, esos que con un puñado de detalles podían conformar una locación, allí es donde la influencia de Sam Raimi comienza a hacerse presente. Hay varios momentos con efectos practico y un uso increíble de maquillaje que me recordó de manera directa a las dos primeras Evil Dead. El escaso uso de CGI esta totalmente justificado y en pos de construir un espacio y unas criaturas con una textura diferente, Barve tomo nota de Guillermo del Toro y sus monstruos pero lo adapto a las sensibilidades artísticas propias del cine hindú.

La cinematografía de Tumbbad es increíble. Desde los planos abiertos que nos muestran la ciudad, las mansiones y la naturaleza a los encuadres cerrados y terroríficos, la iluminación es protagonista en todo momento. Los colores no son explosivos pero se sienten orgánicos, hay una influencia cuasi gótica y mágica que colisiona bellisimamente con la arquitectura y las figuras hindúes. La duración titanica del rodaje les dio la posibilidad de filmar en el trascurso de cuatro monzones, lo cual significa grandes lluvias y temporadas sin sol. El efecto es notorio, todo lo que acontece en la aldea Tumbbad se siente húmedo, añejo, ancestral, congelado en un limbo de cielos grises eternos.
Al leerla como un cuento de hadas infernal, Tumbbad tiene un costado moralizante muy propio de los cuentos folclóricos. Su premisa es simple y fácil de apoyar: la avaricia es destructiva. El problema es que ocasionalmente Tumbbad traslada esa idea particular hacia un plano mas general en el cual entra en juego la historia de la India y la relación de Vinayak Rao con su esposa y su amante. Vinayak es un mal tipo, su codicia lo deshumaniza y ve a las personas como items con utilidades, incluso a su hijo. Es interesante que la película no pretenda redimirlo y desde el inicio lo caracterice como un "bastardo codicioso", no hay lagrimas de cocodrilo ni salvación.
Esta es una película de fantasia y horror con una personalidad única. Para bien o para mal, Tumbbad añade sus propias reglas y condimentos a ciertas formulas utilizadas hasta el hartazgo. Un punto altísimo del año pasado que se escapo del radar.




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